Phrase

"Do you ever go into a fight thinking 'There's no point giving my best, I'll get another chance later?' We only ever get one shot, Marlin. Life is one shot! Making it count is all that matters!" - Skold Greypelt, Lone Wolves - Graphic Novel, Dan Abnett & Karl Richardson

miércoles, 6 de agosto de 2014

[ESP] Recuerdos de un cazador, parte 3 (Fanfiction)

Ultima parte de la entrega, espero la hayan disfrutado. 



―Crack ―dijo el sujeto y, acto seguido, soltó el cuerpo. Giro con una mirada escalofriante hacia donde estaban la madre y el niño. Los ojos fríos y vacíos, de un gris tan claro como la niebla, se clavaron como balas en la mente de Luca. Traspasaron su mente y le hicieron sentir un miedo tan escalofriante que todo aquello a lo que anteriormente le tenía miedo quedó en el olvido.

Dicen que el valor siempre aparece cuando es menos oportuno, dicen también que puede ser un instinto natural del hombre. Dicen del valor muchas cosas pero lo que sucedió en aquél momento fue algo que desató un grito de terror en la habitación.

― ¡LUCA!

Valor, locura o una simple reacción al miedo que sentía. Nunca supo verdaderamente lo que sintió en aquel momento en el que se lanzó hacia el revólver de su padre. Una detonación del revólver hizo eco en el grito de su aterrada madre.

La mirada de aquél sujeto, cambió. Una leve sorpresa quizás a un pequeño dolor o tal vez la actitud de aquél niño necio que se negaba a morir.

Un golpe seco retumbó en la habitación. El llanto de la madre de Luca se ahogó ante la imagen de lo que estaba sucediendo, en menos de un instante, su hijo se encontraba contra la pared, bajo la presión de aquel hombre. Su mano presionaba la cabeza del pequeño, de cuya boca un hilo de sangre derramaba hacia el suelo; ambas manos cayeron a sus costados y el revolver cayó nuevamente al suelo.

Una loca risa invadió el rostro de aquél sujeto. Las carcajadas parecían perdidas, llenas de un placer que resultaba demasiado escalofriante. Soltó al niño y comenzó a caminar hacia la madre, lentamente, disfrutando de la agonía en la que ella se encontraba.

Al llegar frente a ella, le tomó con ambas manos. La azotó contra la pared sin piedad alguna, envuelto en su locura; le soltó y el cuerpo cayó en otro golpe seco contra el suelo.

Caminó hacia donde estaba el cadáver del padre de Luca y recogió algunas balas que tenía regadas a su alrededor. Se acercó nuevamente al cuerpo de Luca y tomó el revólver que había dejado caer. Como si no existiera prisa alguna, comenzó a cargar el arma. Bala por bala, colocándolas con una elegancia que contrastaba con la situación. Parecía que saboreaba cada una de las balas que cargaba en el arma. Terminó la carga e hizo girar el barril.  

―Sé que estás vivo, niño―. Aquellas palabras parecieron despertar a Luca de su letargo quien trató con todas sus fuerzas de levantar su mirada hacia su madre.

Con la mirada hacia su hijo, la madre de Luca levantó su brazo en un intento por querer alcanzarlo, quizás una última caricia, una última muestra de afecto antes de aquél inevitable fin pero antes de tan siquiera poder gesticular palabra alguna hacia su pequeño niño, un nuevo estruendo  recorrió la habitación. La boca abierta cayó al suelo, lo que anteriormente era un rostro desesperado viendo a su hijo era ahora un amasijo de sangre y sesos.

La imagen despertó completamente a Luca, pudo abrir de par en par lo ojos pero antes de que pudiera soltar un grito de desesperación, su pequeña hermana salió del armario.

― ¡NOOOOOO! ―gritó  la niña mientras se dirigía hacia el cadáver de su madre―. ¡MAMA!

Las Gotas de lágrimas iban cargadas de un dolor verdaderamente aterrador, escurrían de los ojos de la niña sin reparo alguno hacia el cadáver de lo que anteriormente era su madre. Por tan solo un instante, las miradas de los hermanos se cruzaron, lo que pareció una eternidad fue en realidad un último instante.

―Perdóname hermano… ―la frase fue interrumpida cuando la cabeza estalló en sangre y sesos, acompañada de otro estruendo de aquel viejo revólver. Y nuevamente se escuchó otra detonación. Las víseras y la sangre de la pequeña niña estamparon el techo y la pared cercana.

El grito de dolor que sentía en el alma, quedó ahogado ante tan cruel imagen. El sentimiento de tristeza, el dolor de su alma y la desesperación de su mente habían partido aquél pequeño corazón humano, rompiéndolo de tal manera que solo un susurro salió de su boca.

―Hermana…

El llanto y la desesperación invadieron el lugar, la rabia, la ira y nuevos pasos en la puerta hicieron su aparición.  Las escaleras se inundaban de pasos que sonaban como eco en el tiempo, que para el niño se había detenido en aquel momento.

―Ya déjalo―, una voz ronca se escuchó venir desde la puerta―. Es solo un niño, seguro morirá quieto, entre todos los cadáveres.

Solo un niño, nada más que un niño…

El hombre  disparó otros dos tiros  sobre los cadáveres.

―Está bien, ―contestó aquél sujeto, ―toma niño, espero que sepas que hacer con ella―.   La pistola cayó al suelo. Antes de salir del lugar, el sujeto le dirigió una mirada a aquel niño de mirada perdida.

― ¡Que te diviertas! ―la misma risa enferma se escuchó retumbar en los pasillos del departamento.

 Sangre, solo sangre y cuerpos.

―Mamá…

―Hermana…

―Padre...

¿Por qué? Pensó en sus adentros.

Un grito desgarrador se escuchó en aquella oscuridad, desgarrando la el velo de la noche. Un llanto acomplejado por una sola pregunta, una pregunta a la que solo el tenue reflejo de la luna que atravesaba por la ventana y se reflejaba en los charcos de sangre se limitaba indiferentemente a escuchar.

Después todo fue silencio. El más tenebroso silencio del que puede estar acompañada la oscuridad, el silencio de la muerte.

No me dejen, era lo último que pensó aquella noche de verano. La única frase que se perdía en la fría niebla de verano que invadía su mente; después todo fue silencio.

Los recuerdos le invadieron a la mañana siguiente, gotas de llanto caían en ese suelo cubierto de sangre. El amanecer, trajo consigo el sollozo de un niño recostado entre charcos de sangre cuya única nueva motivación en la vida sería la venganza.


--Fin--

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