La catrina empacó sus cosas
sus maletas, sus chivas y calzones,
debía de viajar a lejanas costas
para poder completar todas sus misiones.
Caminó por el desierto
buscando cruzar la gran barda,
casi se ahoga en el río
pero por suerte muerte ya estaba.
Llegó entonces a San Francisco
en busca de cierto muchacho
sabía que le decían el Tijo
y que nerd parecía el chamaco.
Se lo encontró disfrutando unas hamburguesas
sentado junto a su bicicleta,
-¡Unos días mas de tragadera
y me ahorras toda la penitencia!
-¡Espera flaca,
no me vayas a llevar
aún no decido bien
con quien me quedo a trabajar!
-No me vengas con tarugadas,
ya tardaste mucho tiempo
ahora te llevo con tus camaradas
a que con ellos mejor pierdas el tiempo.
Abandonó entones San Francisco,
y se lanzó al otro lado del atlántico
nadando alegremente
pues el avión le salía muy caro.
Tras algo de tiempo en mar
sorteando toda clase de peligros,
llegó la catrina al lugar
a donde estaba cierto morenillo.
-Lo siento Palomita,
me lo tengo que llevar
con sus cuates un rato
en el infierno va a estar.
-¡Espera catrina,
que no ves todo lo que gasté
por lo mejos deja que disfrute
algo de lo que desparramé!
-Esa no es mi bronca,
tu lo debiste pensar
que en este tipo de aventuras
mucha lana se va a gastar.
Finalmente cruzó Francia
con una rapidez inusual
apestaban los franceses
pero que el metro de su ciudad natal.
Llegó entonces a Italia,
y decidió disfrutar un rato
antes de llevarse a Dalik
de nuevo a la tierra del taco.
-¡He venido por ti,
desde tierras muy lejanas
nadie la atino a la apuesta
así que ahorita mismo te marchas!
-¡Pero si estoy disfrutando,
esta tierra sin igual
donde en la calle Ferraris ves
y nadie se los quiere robar!
-Espero lo hayas disfrutado,
coches, comida y mujeres
porque se acaba lo esperado
y ahorita al averno te vienes.
-Finalmente he acabado
ahora a México he de regresar
por los cuatro que faltan
antes de que a Nueva Zelanda se vaya aquél par.
Llegó ahora si por avión
ya se había cansado de nadar,
tras varias horas de vuelo
a su tierra pudo llegar.
Pasó por unos tacos
justo del avión bajar
extrañaba el sabor de su tierra
los tacos, el gran manjar.
Tras varias horas en el taxi
por fin decidió bajarse,
Naucalpan era un caos
y nadie se ocupaba de aquél desastre.
Llegó entonces a San Mateo
justo a tiempo para la mudanza
encontró a los 4 reunidos
desempacando todas las cajas.
-No desempaquen
pues todavía se van a mudar
a los cuatro me los llevo
en el averno van a desempacar.
Justo antes de partir,
a tierras lejanas caminó
Buscando entre hospitales
cierto aguacate pasadon
En las tierras de Zumpango
a Ulises recogió
De la mano de la flaca
al infierno lo bajó
Finalmente todos se reunieron
en las tierras de la flaca,
más que averno parecía
una reunión llena de alegría.
La Catrina de alegría contagiada
a todos les dejó charlar
unas cuantas horas de plática
antes de ponerlos a trabajar.
Que platiquen un buen rato
que sienta bien al corazón
pasar con los amigos un buen rato
siempre es bueno sin importar la ocasión.
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